sábado, 28 de marzo de 2009

Jerusalén



Óleo sobre lienzo, 90 cm de ancho x 30 cm de alto.

¡Qué alegría cuando me dijeron
"Vamos a la casa del Señor".
Ya están pisando nuestros pies
tus umbrales, Jerusalén.

¡Jerusalén!, construida como ciudad
bien unida y compacta,
adonde suben las tribus,
las tribus del Señor;
según la costumbre de Israel,
a dar gracias al nombre del Señor.
Allí reside el tribunal de justicia,
el tribunal del Palacio de David.

Saludad con la paz a Jerusalén:
Vivan tranquilos tus amigos;
Haya paz en tus murallas,
tranquilidad en tus palacios.

Por mis hermanos y compañeros
pido la paz para ti.

Por la casa del Señor nuestro Dios
te deseo todo bien.

Salmos 122,(121)

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