sábado, 12 de diciembre de 2009

Fe, la clave de Maljut



Todas las relaciones se basan en la fe. Padres e hijos, marido y mujer, amigos, vecinos y comunidades enteras deben tener alguna base de confianza antes de comprometerse el uno con el otro. Una vez que comprendemos cuán integral es la fe en nuestras vidas, podemos comenzar a desarrollarla y a cultivarla (ver Likutey Halajot, Guiluaj 4:2-3).

La honestidad es otro requisito para la fe. Hablando de manera Kabalista, Tiferet (la verdad y la honestidad) es la columna central que combina las energías opuestas de los lados derecho e izquierdo (ver Parte III, capítulo 4). Lo mismo es verdad con respecto a Iesod. Todas estas energías combinadas se filtran hacia Maljut. El Rebe Najmán explica que de esta manera, la transferencia de la verdad, de la honestidad y de la integridad se traduce en la necesidad de ser honestos en nuestra fe sin adornar nuestras percepciones, y asegurarnos que nuestras creencias se encuentran en áreas que son verdaderas y honestas (Likutey Moharán I, 7:2-3). No ayuda en absoluto a nuestra fe el aplicarla en falsas esperanzas o en metas que no son verdaderas. Por otro lado, ser honestos sobre nuestras capacidades y objetivos puede elevar nuestra fe hacia grandes niveles.

El Rebe Najmán le daba mucha importancia a la fe en los Tzadikim. Podemos fácilmente comprender esto, porque Maljut (la fe) es la "pareja" de Iesod (el Tzadik). Dice el Rebe Najmán: "Hemos recibido la Torá a través de Moshé, nuestro maestro, y ella nos ha sido transmitida, generación tras generación, por intermedio de numerosos Tzadikim, plenos de temor y respeto (ver Avot 1:1). No cabe duda alguna sobre su integridad y en ellos se puede confiar sin dudar. Todo lo que uno debe hacer es seguir sus huellas, creer en Dios con simplicidad e inocencia y guardar los mandamientos de la Torá tal como nos ha sido enseñada por nuestros santos antepasados" (Sabiduría y Enseñanzas del Rabí Najmán de Breslov #32).

Toda fe debe estar unida con la fe en Dios, no sea que comencemos a pensar en nosotros mismos como seres todopoderosos en control de nuestros propios destinos.

Podemos creer en Dios como la Causa Primordial de todo. Pero en la práctica, ponemos nuestra confianza en los medios. Por ejemplo, creemos que nuestro sustento depende totalmente de nuestras actividades comerciales y de la energía que ponemos en ellas como si, sin ello, Dios no tuviera ningún otro medio de proveernos el sustento. En efecto, creemos que nuestras actividades comerciales son la fuente de nuestro sustento y no sólo un factor intermediario.

O podemos creer que es la medicina la que produce la cura; como si, sin ello, Dios no tuviese otros medios de enviar curación. Una vez que creemos esto, comenzamos inevitablemente a preocuparnos por los medios - buscando el medicamento correcto, ocupando todo nuestro tiempo en el trabajo y demás - olvidando de volvernos hacia Dios, la Fuente de todas las cosas y la Causa Primordial. Es verdad que debemos ocuparnos de los medios. Pero no debemos cometer el error de confundir los medios con la Causa Primordial y poner nuestra fe en el intermediario. Sólo debemos tener fe en Dios (Likutey Moharán I, 62:6).

Es interesante notar que la fe refleja autoridad, dado que tenemos la "autoridad" de decidir cómo dirigir nuestros sentimientos y emociones hacia Dios y dejar que se manifiesten a través de la fe. Pero, ¿qué debemos hacer cuando nos sentimos perdidos o confusos, o cuando nuestra autoridad no parecer actuar? Responde el Rebe: "Puedes tener muchas preguntas y dudas. Pero cuando tu corazón gime, ello muestra que aún tienes la ardiente chispa de la fe... Este gemir puede elevar y fortalecer tu fe hasta que todas las dificultades se desvanezcan" (Sabiduría y Enseñanzas del Rabí Najmán de Breslov #146).

Si las cosas se ponen realmente difíciles, recuerda esta enseñanza: "Si tienes dudas sobre tu fe en Dios, debes decir en voz alta, ´Creo con una fe perfecta que Dios es Uno, primero, último y eterno´" (Sabiduría y Enseñanzas del Rabí Najmán de Breslov #142). Cuanto más expreses tu fe, más la estarás construyendo, como en (Salmos 89:2), "Haré conocer Tu fe con mi boca". Utilizando la boca (Maljut) para proclamar el Maljut de Dios fortalecemos ese ámbito y despertamos la autoridad latente necesaria para superar todas las preguntas y desafíos a la fe.

Por Jaim Kramer con Itzjak Bell

sábado, 21 de noviembre de 2009

Mitzpé Ramón (mirador Ramón)




Beer Sheva es la capital de Negev. Su historia se remonta a la era calcolítica, 1.500 años antes de Abraham. Es la ciudad más cercanamente asociada con dicho patriarca.
Mitzpé Ramón es un pueblo al sur de Beer Sheva, ha sido construído al borde del Majresh (Cráter) Ramón. El pueblo se halla a una altura de 870 metros sobre el nivel del mar y presenta una hermosa vista del monte Ramón, la montaña más alta del desierto del Neguev (1.010 m).
Alguna vez se pensó que era producto del impacto de un meteorito, pero actualmente se sabe que es la cuenca de un antiguo mar.

miércoles, 11 de noviembre de 2009

Encontrando el alma gemela (pintura Chagall)



Extraído de El misterio del matrimonio


"...Encontrar el alma gemela y relacionarse a ella como tal no es nada simple, sin embargo hay tiempos propicios para identificarla (es decir, "recordarla" en su raíz-alma común).

El primero de estos tiempos es Rosh Hashaná, el primer día del año judío. Adán y Eva fueron creados en Rosh Hashaná, y nuestros sabios nos enseñan que fueron creados de veinte años. El día en el que fueron creados, Dios los trajo al Jardín del Edén, que Él había preparado como inmenso palio nupcial. Rosh Hashaná es tanto el cumpleaños del hombre como el aniversario de sus nupcias.
Nos referimos a Rosh Hashaná en nuestras plegarias como Iom Hazikarón, que se traduce generalmente como Día de Recordación, pero que en traducción literal sería Día de la Memoria. Rosh Hashaná es el día del juicio. Dios no sólo nos recuerda juzgándonos por lo que somos en este mundo, sino que también nos recuerda como fuimos antes que nuestras almas descendiesen a nuestros cuerpos, cuando eran "una parte real del Altísimo". Esto despierta Su compasión por nosotros, ya que nuestras almas han descendido de semejante altura a tales profundidades.
Siendo que el mundo está siendo constantemente creado y sostenido desde la conciencia de Dios, en Rosh Hashaná también se es capaz de recordar esa raíz común que comparte con su cónyuge.

Además de Rosh Hashaná -el cumpleaños colectivo de la humanidad- la raíz espiritual de cada uno (mazal) es particularmente accesible en su propio cumpleaños. De modo que el día del cumpleaños es otro momento propicio para identificar (es decir recordar) al consorte espiritual.
Un tercer momento es el aniversario del matrimonio. Bajo el palio nupcial, el alma-raíz de la pareja brilla con todo su poder y atrae bendiciones y conciencia (es decir la memoria) Divinamente inspirada de su unidad esencial. El aniversario de la boda es entonces un momento auspicioso para que la pareja recuerde su raíz espiritual común.
Finalmente "no habían días más gozosos en Israel que el quince de Av y Iom Kipur, porque en esos días las hijas de Jerusalén... salían y danzaban en los viñedos, diciendo ´¡Hombre joven! Levanta la mirada y observa lo que habrás de elegir...´" . Esos dos días son especialmente propicios para hacer acuerdos matrimoniales.

Estos días, entonces, son los que más nos ayudan a recordar tanto el origen del alma individual como la raíz espiritual que uno comparte con su consorte.
Con el fin de recordar, uno debe meditar acerca del origen de su alma como "parte real del Altísimo", comprendiendo de esta forma los enormes recursos y el potencial que posee, que en su mayoría aún no ha usado. Uno entonces logra un máximo de conciencia acerca de su tarea en la tierra y la fuerza espiritual para "elegir la vida" en la firme progresión hacia sus objetivos.
En la vida cotidiana esta memoria se refleja en las esperanzas y los planes compartidos para el futuro, así como para su familia ampliada e inmediata (y para todos aquellos sobre quienes tienen una influencia positiva).
Esto implica, asimismo, que para elegir el consorte espiritual, el criterio más importante (aquel que mejor indica, aunque sea indirectamente, que poseen una raíz espiritual común) es: ¿bregamos ambos de la misma manera para alcanzar los mismos ideales? Quienes buscan consorte deben buscar simplemente una sensación general de afinidad mutua y atracción, junto con ideales y objetivos de vida compartidos. Cuando discuten acerca del futuro común y se proyectan construyendo, o cuando hablan de sus ideales y objetivos comunes en la vida y cada uno se siente excitado acerca de lo que el otro dice.

"Unidad" en su pasado, presente y futuro es lo que define a una pareja verdaderamente predestinada (bashert). Comparten una raíz espiritual común (pasado), objetivos comunes (futuro) y siempre (presente) recuerdan su origen común mientras se encaminan hacia su meta común.

Amor a primera vista
De lo antedicho, resulta claro que uno no debería esperar que en todos los casos surja súbitamente una sensación intensa de predestinación, al encontrarse por vez primera con la esposa predestinada. Como regla, la experiencia de amor de la pareja crece y se desarrolla a medida que ambos lo nutren en el transcurso de su vida conjunta. Sin embargo, cada regla tiene sus excepciones, y podemos encontrar ejemplos en la Torá de esa intensa experiencia conocida como amor a primera vista. Dios Mismo "se enamoró" de Su visión original del pueblo judío practicando con devoción Su voluntad en la tierra. Según nuestros sabios, este amor a primera vista fue el motivo por el que Dios creó el mundo.
Es importante recordar, sin embargo, que este fenómeno es la excepción que prueba la regla].

Hay trece reglas generales mediante las cuales es posible extraer inferencias lógicas de la Torá . Una de ellas es la siguiente:

"Cuando un caso particular incluido en un caso general es destacado, esto es para enseñarnos algo nuevo (una excepción), no es destacado sólo para enseñarnos algo acerca de sí mismo, sino para enseñarnos algo acerca del caso general".

En otras palabras, cada excepción refiere acerca de la regla algo que no hubiésemos sabido sin ella .
En nuestro caso, la excepcional experiencia de amor a primera vista constituye una ilustración de la intensidad y el romanticismo que también alcanza eventualmente el amor progresivo. Lo contrario también es cierto: si la experiencia de amor a primera vista es real, eventualmente accederá a la estabilidad y el arraigo del amor progresivo.
Instancias de amor a primera vista son instructivas también para la mayoría de las parejas que no experimentan tal intensidad al comienzo de su relación. Más que sentir que su amor es deficiente o poco romántico, deberían considerar a los ejemplos de amor a primera vista como portentos ilustrativos de la intensidad a la que su propio amor puede, y es de esperar que logre, llegar.
Esas parejas que experimentan amor a primera vista deben sentirse afortunadas que su relación haya sido bendecida con tal intensidad desde el principio. Al mismo tiempo, sin embargo, deben ser conscientes de que cuanto más impetuoso es el comienzo de la relación, más difícilmente podrá ser estabilizarla después. Con el esfuerzo necesario, el surgimiento inicial de amor verdadero a primera vista se asentará en la regla y podrá arraigarse en las esencias profundas de la pareja. De esta manera el amor de la pareja se desarrollará y crecerá orgánicamente, como en el caso común de amor progresivo.
Por supuesto que no todo lo que aparenta ser amor a primera vista lo es realmente. Si esa experiencia excepcional no tiene nada de la "regla", es decir que no contiene las semillas del amor estable y maduro, probablemente no sea más que una infatuación que se disipará tan rápidamente como apareció

Rabino Itzjak Ginsburg

lunes, 7 de septiembre de 2009

Todo lo que hace Dios es para bien




Extraído de El Jardín de las almas. Breslov Research Institute

Cuando la persona sabe que todo lo que le sucede es para su bien, esta percepción es un anticipo del Mundo que Viene.
Likutey Moharán I, 4

"¡Miserables! ¿Por qué nos están torturando por nada?"

En su cuento "El Sofisticado y el Simple", el Rebe Najmán nos cuenta que el Sofisticado demuestra, para su propia satisfacción, que no existe Rey en el mundo. Encendido por el celo de su propia sabiduría, el Sofisticado parte por el mundo, junto con un compañero, en una misión para tratar de convencer a los demás de su "verdad". Finalmente terminan perdiendo todo lo que tienen, pero aun así el Sofisticado se niega a admitir que puede estar equivocado.

Al final, el Malo los manda buscar. El Sofisticado se burla de la idea de que exista el Malo, pues no cree ni en el mal ni el bien. Pero negarse a aceptar la orden del Malo indicaría una inaceptable falta de confianza en sí mismo. De modo que el Sofisticado y su compañero siguen al mensajero del Malo.

Relata el Rebe Najmán: "El Malo había capturado al Sofisticado y a su compañero y los había llevado a una ciénaga. El Malo estaba sentado en un trono en medio de ese pantano y había arrojado al Sofisticado y a su compañero al barro. El pantano era espeso y pegajoso como pegamento y ellos no podían moverse, hundidos en ese fango.

"Cuando el Malo y sus cohortes comenzaron a torturar a los dos sofisticados, éstos comenzaron a gritar, ´¡Malvados! ¿Por qué nos están torturando? ¿Acaso existe algo así como el Malo? ¡Ustedes son unos miserables y nos están torturando por nada!´. Estos dos sofisticados aún no creían en el Malo y pensaban que estas eran personas malvadas que los torturaban sin motivo alguno..." (Los Cuentos del Rabí Najmán p. 93).

El Sofisticado había puesto como objetivo de su vida la negación de Dios. Es el ejemplo del escepticismo, lo opuesto de la fe. En lugar del Rey, se había entronizado a sí mismo. Negando toda autoridad externa y toda tradición, decidió ser el árbitro de todo lo que existe. El Sofisticado no creía en nada que no pudiera ver con sus propios ojos o comprender con la razón humana. Para él existía un solo mundo, aquel que podía mirar, tocar y sentir, el mundo de la naturaleza. No admitía que pudieran existir niveles de misterio espiritual invisibles para él.

Un mundo sin Rey es un mundo sin orden, un mundo de azar, sin bien absoluto ni mal absoluto, sin recompensa por la rectitud ni castigo por el pecado. De modo que cuando le llega el sufrimiento, el Sofisticado no le encuentra significado alguno. Habiendo desechado la idea de la Justicia Divina, no puede relacionar su sufrimiento con lo que ha hecho. No puede aprender ni crecer a partir de ello. Incapaz de explicarlo, lo encuentra absurdamente cruel. Y debido a que el Sofisticado le ha dado la espalda a Dios, Dios Le vuelve la espalda a él, si así pudiera decirse, ocultando Su unidad, castigándolo a través de una demoníaca pluralidad de fuerzas bizarras y sin sentido: "¡Ustedes son unos miserables y nos están torturando por nada!".

Es su propio ego el que está cegando al Sofisticado, impidiéndole percibir la verdad. Por esto debe ser castigado durante tanto tiempo. Sólo al final, cuando esté totalmente apaleado y aplastado, se verá forzado a admitir la derrota, a admitir que hay un poder mayor que él mismo. Al final del cuento, cuando se da cuenta que es incapaz de liberarse por sí mismo, el Sofisticado comprende finalmente que sólo mediante la intervención del santo Hacedor de Milagros podrá ser salvado. "...Y se vio forzado a admitir la verdad, que hay un Rey" (Ibid. p. 94).

La ciénaga... ¡qué metáfora tan gráfica para describir algunas de las cosas que les suceden a las personas en este mundo! Cuántas veces en la vida nos encontramos atrapados, y no importa con cuánta fuerza tratemos de despegarnos, seguimos aprisionados en el fango pegajoso, incapaces de liberarnos.

¿Y cómo respondemos a esto? Bueno, sólo somos humanos. Un Sofisticado se queja en su corazón: "¿Por qué? ¿Por qué?... ¡Esto no es justo!... ¿Qué hice para merecerlo?... ¿Por qué Me haces esto a mí? Si esto es lo que Tú haces, ¿por qué debería creer en Ti? ¿Por qué debería seguir Tus reglas?".

Cuánto de la vida transcurre en la ira, en la queja, en la protesta, en el rencor, en las recriminaciones, en la amargura y en el odio. Cuánta energía se gasta en vanas batallas contra molinos, y en infinitas campañas en contra de los aparentes perpetradores de los daños y las injusticias que la gente siente que ha sufrido. "¡Miserables, nos están torturando por nada!".

"Todo lo que hace Dios es para bien"

En el otro extremo del espectro se encuentra el Rabí Akiva, ejemplo de fe. El Talmud relata cómo cierta vez el Rabí Akiva estando de viaje llegó a cierto pueblo donde los habitantes, poco hospitalarios, se negaron a albergarlo. Aun así, el Rabí Akiva dijo, kol deavid Rajmana, le-tov avid - "Todo lo que hace el Misericordioso es para bien", y de este modo fue a pasar la noche en el campo. Llevaba una lámpara, un gallo para despertarlo y un burro. Un viento apagó su lámpara, un gato comió su gallo y un león mató el burro. El Rabí Akiva quedó solo, en la oscuridad, pero aún dijo, "Todo lo que hace el Misericordioso es para bien".

En medio de la noche un grupo de bandidos atacó el pueblo y se llevó cautivos a sus habitantes. Entonces el Rabí Akiva dijo, "Ahora veo cómo todo lo que hace el Santo, bendito sea, es para bien. Si mi lámpara hubiera estado prendida ellos me habrían visto. Si el gallo hubiera cantado y el burro rebuznado, ellos habrían sabido que estaba aquí y me habrían llevado también" (Berajot 60b).

Esta no es quizás una historia sobre el sufrimiento, al menos no en cuanto al Rabí Akiva concierne, pero ciertamente habla sobre las cosas que no salen como uno las ha planeado. El Rabí Akiva es un creyente. No sólo intelectualmente. Su creencia tiene un efecto práctico sobre la manera en cómo conduce su vida y responde a lo que le sucede. Tiene la humildad de aceptar que una fuerza más grande que él mismo controla el mundo en general y su vida en particular. Y esto no significa que el Rabí Akiva sucumbió a la pasividad y a la resignación. No, él es un hacedor, tiene muchos planes y trata de hacer lo que puede. Cuando las cosas no salen de la manera en que él pensó que deberían hacerlo, no se molesta. Acepta el inconveniente, porque cree que Dios sabe mejor que él cómo funcionan las cosas.

El Rabí Akiva llama a Dios Rajmana, el Misericordioso. No importa lo que suceda, el Misericordioso hace que todo sea para bien, incluso cuando el Rabí Akiva no puede comprender cómo. Y al final se reveló en verdad cómo la mano de la Providencia estuvo trabajando, a cada instante, para hacer lo necesario en vista de salvar al Tzadik del castigo de los malvados.

El Talmud dice que el Rabí Akiva pasó la noche "en el campo". Quizás sea el Campo Superior, el Jardín de las Almas del cual habla el Rebe Najmán en su lección: el regocijo del objetivo final de la vida. Al cerrar sus ojos ante las dificultades del mundo físico, el Rabí Akiva se transporta al "campo": focaliza su ojo interior en el mundo espiritual de la Unidad.

El Rabí Akiva era una expresión viviente de la Emuná, nuestra fe en el Dios Único, tal como lo expresamos cada día en el Shemá: "Escucha, Israel, el Señor nuestro Dios, el Señor es Uno". Dios en Sí Mismo está más allá de toda comprensión. Él Se revela al mundo a través de diferentes facetas. Están los aspectos de Jesed, Misericordia, aludido en el nombre "Señor" (IHVH) y Guevurá, Poder y Juicio Estricto, aludidos en el nombre "Dios" (Elokim). En el Shemá afirmamos que las dos facetas son una: El Señor es Elokim. Elokim es el Señor. El Señor es Uno.

La vida presenta diferentes aspectos. A veces las cosas nos van bien y percibimos la Misericordia. Otras nos sentimos bajo una nube y nada sale de la manera que deseamos. Las cosas parecen estar mal. Pero en el Shemá expresamos nuestra fe en que el Dios Uno está en control de todas las circunstancias de la vida. Que incluso las cosas difíciles provienen de Dios. Cuando los eventos se presentan de manera diferente a como nosotros hubiéramos querido, ello no significa que la vida es cruel y sin propósito. La dificultad y el sufrimiento no son arbitrarios. Provienen de Dios, tanto como las cosas buenas.

Dios es Rajmana, el Misericordioso. Todo lo que Él hace por nosotros es para nuestro bien último. Dios es perfección, y el amor más grande se muestra en el hecho de que podamos acercarnos a Él y conocerlo. Pero somos como niños que han crecido pero que aún desean ser pequeños: no nos gusta dejar detrás las indulgencias de nuestra infancia, el materialismo, en aras de la madurez, la vida del espíritu. El ego mundano dice, "Yo quiero que las cosas sean a mí manera". Pero los buenos padres saben que si uno ama a su hijo debe ser firme. Es necesario negarle cosas que finalmente le harán daño, y hay que incentivarlo para que haga el esfuerzo de alcanzar las cosas que serán buenas.

La mano del Juicio Estricto opera en unidad y conjunción con el lado de la Misericordia Compasiva. Ambos se complementan mutuamente, trabajando por el mismo objetivo, que es hacer descender el amor de Dios sobre nosotros, lo que significa Su revelación. Dios es Uno, EJaD. La suma de los valores numéricos de estas letras, la guematria, es 13. Este es el mismo valor que la guematria de AHaVaH, Amor. Trece atributos de Misericordia. La unidad perfecta.

Cuando decimos el Shemá, la declaración de nuestra fe, nos ponemos la mano sobre los ojos y los cerramos. Este mundo material fue diseñado para probarnos. Aquí las cosas no pueden tomarse tal como se presentan, las apariencias pueden ser muy engañosas. Dios en general está oculto, especialmente cuando las cosas están mal y no podemos ver hacia dónde nos llevan. Cerramos nuestros ojos y los cubrimos con la mano para poder centrarnos en el ojo interior del mundo de la verdad. Shemá Israel, el Señor es Elokim. Elokim es el Señor. Misericordia implica Firmeza. Firmeza es una parte de la Misericordia. El Señor es Uno.

domingo, 26 de abril de 2009

Tierra Santa





Levanto los ojos a ti
que habitas en el cielo.
Como los ojos de los esclavos
pendientes de la mano de su amo,
como los ojos de la esclava
pendientes de la mano de su ama,
así nuestros ojos
del Señor nuestro Dios
hasta que se apiade de nosotros.
¡Piedad, Señor, ten piedad!
que estamos hartos
de desprecios,
nos sentimos hartos
del sarcasmo de los satisfechos,
del desprecio de los orgullosos.
Salmos 123(122)

domingo, 5 de abril de 2009

Atardecer




El Mesías está a las puertas de Jerusalén (Ciudad de Paz), esperando que los seres humanos sean meritorios de la redención. Está encadenado, y necesita personas plenas que lo liberen de su encierro.
Ya le es suficiente de Jasidim, suficiente de ir a lo ancho, ahora está indagando hacia el fondo en las personas de virtud.
Rabí Menájem Mendel de Kolsk

domingo, 29 de marzo de 2009

Getsemaní




Óleo sobre lienzo, tamaño 60x55 cm.

Getsemaní (El Monte de los Olivos), viene de la palabra aramea 'Gath-Šmânê', que significa 'presión del aceite'. Al parecer había una gran cantidad de olivos que rodeaba esta zona en aquellos días. Este monte se alza en el valle de Kidron, justo al este de la ciudad antigua. El monte está cargado de significado biblíco. En el Antiguo Testamento se cita como David lloró la muerte de su rebelde hijo Absalón (2 Salm 15,30) y es también donde Jeshua lloró antes de su prendimiento.

sábado, 28 de marzo de 2009

Plegaria II




Óleo sobre lienzo, 61 cm de ancho x 50 cm de alto.

El aspecto más importante del progreso espiritual de una persona es la súplica de ayuda dirigida hacia el Creador. (Talmud, Yomá)

Plegaria


Óleo sobre tabla, 29 cm de alto x 42 cm de ancho.

Una condición necesaria para la elevación espiritual es la búsqueda continua de un enlace con el Creador. (Rambam, Hiljot Yesodot Torá)

Jerusalén



Óleo sobre lienzo, 90 cm de ancho x 30 cm de alto.

¡Qué alegría cuando me dijeron
"Vamos a la casa del Señor".
Ya están pisando nuestros pies
tus umbrales, Jerusalén.

¡Jerusalén!, construida como ciudad
bien unida y compacta,
adonde suben las tribus,
las tribus del Señor;
según la costumbre de Israel,
a dar gracias al nombre del Señor.
Allí reside el tribunal de justicia,
el tribunal del Palacio de David.

Saludad con la paz a Jerusalén:
Vivan tranquilos tus amigos;
Haya paz en tus murallas,
tranquilidad en tus palacios.

Por mis hermanos y compañeros
pido la paz para ti.

Por la casa del Señor nuestro Dios
te deseo todo bien.

Salmos 122,(121)

viernes, 27 de marzo de 2009

La estrella de David



Lienzo en forma hexagonal con marco repujado en estaño, la estrella en pan de oro. 30 cm de alto x 26 cm de ancho.

La estrella de David tiene 12 puntas, las cuales se forman en los 6 triángulos que lo componen. Esto representa las doce tribus de Israel, los hijos de Jacob, el Patriarca. Todos ellas encierran un espacio, el cual representa la forma en que acampaban los Hijos de Israel en el desierto. En el centro estaba el Santuario con los Levitas y Sacerdotes. A su alrededor las doce tribus en cuatro grupos de tres.

El Monte del Templo es el lugar más sagrado del Judaísmo. De acuerdo con la tradición judía, el Templo fue construido sobre el Even Hashtiya, la piedra sobre la cual se creó el mundo. Este se considera el epicentro del judaísmo, donde se encuentra la presencia divina (Shejiná), donde se iba a sacrificar a Isaac, donde se colocó la sagrada Arca de la Alianza, donde se hallaban las Tablas de la Ley, y donde se reconstruyó el Templo en 515 AC, que fue destruído por los romanos en 70 DC. El Monte del Templo también se conoce como Har Moriah, Monte Moriah, mencionado frecuentemente en la Biblia hebrea.